El enorme interés de Haya por el vuelo instrumental y, a través de él, por el vuelo nocturno, se manifiesta muy pronto en su vida aeronáutica, como queda demostrado en septiembre de 1927 con la vuelta Aérea Nocturna a España, llevada a cabo con Tauler a bordo de un De Havilland "Napier". La preparación de los diferentes tramos nocturnos, el estudio del emplazamiento del Radiogoniómetro y las antenas en el avión y la compleja materialización de las posiciones en cada tramo del vuelo, ya evidencian un interés excepcional de nuestro hombre por estos temas. Del 30 de noviembre al 13 de diciembre de 1930 viaja a Paris en "comisión de servicio" pero sin derecho a indemnización, para conocer los últimos adelantos presentados en las "Ramas Aeronáuticas", según la curiosa terminología de la época.
Como fruto de estas experiencias nacería en su brillante e imaginativa mente, la idea de un Horizonte Artificial Giroscópico, que además estuviese asociado en un único instrumento con un indicador de Viraje, formando un conjunto sencillo, de una limpieza increíble para esos años, sin números ni escalas ni complicaciones de ningún tipo, permitiendo de un solo vistazo materializar perfectamente la posición real del avión y su actuación en viraje o en línea de vuelo.